viernes, 19 de septiembre de 2008

Sobre Espiritualidad Juvenil Salesiana

NUESTRO ESTILO

Don Bosco nos transmitió una modo de vivir y de trabajar, único; una combinación de vida y acción que nosotros conocemos como el espíritu salesiano. He aquí el resumen de sus características:

◘ Una atención especial al bienestar de la gente joven, allí donde estemos.
◘ Actitud de acogida y de afecto - vivida con espíritu abierto y cordial; disponibilidad a dar siempre el primer paso y hacer que los otros se sientan cómodos con nuestra amistad, respeto y paciencia.
◘ Alegría y Optimismo. No hay lugar para el desánimo ante las dificultades, sino más bien la aceptación serena y tranquila de todo lo que es bueno.
◘ Trabajo y Templanza o aprender a equilibrar una energía incansable y un trabajo duro con sencillez y moderación. Quiere decir también cómo frenar los impulsos del corazón a fin de mantenerse siempre ecuánime y sereno.
◘ Aceptación de la rutina diaria con alegría: “Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.
◘ Creatividad y flexibilidad - características de la presencia salesiana en el trabajo con los jóvenes.
◘ Una perspectiva realista de la vida acompañada de una exquisita atención a las insinuaciones del Espíritu manifestadas a través de los signos de los tiempos.
◘ Nuestro método educativo - “El Sistema Preventivo”- es un sistema basado enteramente en la razón, la religión y el amor, una experiencia espiritual y educativa original con los jóvenes y a través de ellos, para su salvación y la nuestra.
◘ Profunda confianza en Dios y una escucha constante de su voluntad como fundamento espiritual de nuestro trabajo. De este modo luchamos para mantener viva nuestra contribución a la obra creativa de Dios y a su presencia amorosa en la Historia.
(Fuente: Const. Art. 10-20)

ESPIRITUALIDAD JUVENIL SALESIANA

El secreto del éxito de Don Bosco educador es su intensa espiritualidad, es decir, aquella energía interior que une inseparablemente en él el amor de Dios y el amor del prójimo, de modo que logra hacer una síntesis entre evangelización y educación.

La Espiritualidad Salesiana, expresión concreta de esta caridad pastoral, constituye, pues, un elemento fundamental de la acción pastoral salesiana, es su fuente de vitalidad evangélica, su principio de inspiración y de identidad, su criterio de orientación.

Se trata de:

• Una espiritualidad a medida de los jóvenes, especialmente de los más pobres, que sabe descubrir la acción del Espíritu en su corazón y colaborar en su desarrollo.

• Una espiritualidad de lo cotidiano, que propone la vida ordinaria como lugar de encuentro con Dios.

• Una espiritualidad pascual de la alegría en la actividad, que desarrolla una actitud positiva de esperanza en los recursos naturales y sobrenaturales de las personas y presenta la vida cristiana como un camino de felicidad.

• Una espiritualidad de amistad y relación personal con el Señor Jesús, conocido y frecuentado en la oración, en la Eucaristía y en la Palabra.

• Una espiritualidad de comunión eclesial vivida en los grupos y, sobre todo, en la comunidad educativa, que une a jóvenes y educadores en un ambiente de familia alrededor de un proyecto de educación integral de los jóvenes.
• Una espiritualidad del servicio responsable, que suscita en jóvenes y adultos un renovado compromiso apostólico para la transformación cristiana del propio ambiente hasta el compromiso vocacional.

• Una espiritualidad mariana, que confía plenamente, con sencillez y seguridad, en la ayuda materna de la Virgen.

Esta espiritualidad ayuda a discernir y a afrontar los desafíos de la acción pastoral y crea unidad entre todos los que comparten la misión y colaboran en ella.

Una adaptación particular
Una espiritualidad de lo cotidiano, que propone la vida ordinaria como lugar de encuentro con Dios y con los hombres.
Una espiritualidad pascual de la alegría en la actividad, que desarrolla una actitud positiva y presenta la vida cristiana como un camino de felicidad.

Una espiritualidad de amistad y relación personal con el Señor Jesús, conocido y frecuentado en la oración, en la Eucaristía y en la Palabra.
Una espiritualidad de comunión vivida en la comunidad educativa, que une a jóvenes y educadores en un proyecto de educación integral.
Una espiritualidad del servicio responsable, que suscita en jóvenes y adultos un renovado compromiso para la transformación cristiana del propio ambiente.
Una espiritualidad mariana, que confía plenamente, con sencillez y seguridad, en la ayuda materna de la Virgen.
Una espiritualidad a medida de los jóvenes, especialmente de los más pobres, que sabe descubrir la acción del Espíritu en su corazón y colaborar en su desarrollo.

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