lunes, 27 de octubre de 2008

La Hermana Glenda, todo un canto a la vida

Glenda Valesca Hernández Aguayo (Parral, Chile, 5 de enero de 1971), más conocida como la Hermana Glenda, es una Consagrada chilena y reconocida cantautora de música católica. Lleva más de 18 años consagrada a Dios y 8 años dedicada a la evangelización con la música. Es teologa por la Pontificia universidad Gregoriana de Roma y Psicologa por la universidad pontificia de Salamanca. Su ciudad natal la declaro "servidora Ilustre" en el año 2003. Actualmente reside y trabaja en España, aunque es conocida internacionalmente.

Nació en Parral, pueblo natal del famoso poeta y premio nobel chileno "Pablo Neruda". Hija de Don Erasmo Hernandez Troncoso y doña Graciela Aguayo Sobarzo. Ambos profesores. Es la segunda de 4 hermanos: Orielle, Leonardo y Grace. Realizó la mayor parte de sus estudios en Linares, a 45 kilómetros de su ciudad natal. La mayoría de los colegios en donde estudió fueron institutos públicos, aunque de segundo a cuarto de primaria (enseñanza básica en chile) estudia en el colegio de la providencia, dirigido por una congregación de monjas canadienses; y el séptimo y octavo básico en el Colegio María Auxiliadora, dirigido por las religiosas salesianas. La enseñanza media (bachillerato) la curso en el liceo B 27 de la ciudad de Linares.

Recibió su primera llamada a la fe cristiana en [1985]. Entonces estudiaba en un liceo donde había muy pocos estudiantes católicos.A esa edad tan temprana edad,(14 años) Glenda decide conocer más de cerca la persona de Jesucristo a contracorriente de su padre y del ambiente que se vivía en el instituto en el que ella cursaba la enseñanza media o(bachillerato. Todo el ambiente que la rodeaba la inducía a conocer otras creencias religiosas y filosofícas distintas al cristianismo católico; A esa edad realiza sus primeras composiciones: canciones de amor para su novio y más tarde canciones que le nacían del encuentro con Dios.



Comenzó a cantar en la misa dominical de la catedral de su ciudad y, a través de este ministerio, poco a poco se va acercando a Dios. Glenda cuenta que, poco a poco, iba entendiendo lo que iba cantando. Se quedaba mirando la cruz después de misa y le preguntaba al Señor: ¿Es verdad que has muerto por mí?, ¿Qué sentido tiene la vida?, ¿Por qué …?

Al ganar en un festival diocesano de música, recibe como premio una Biblia, por la cual tuvo su primera experiencia de encuentro personal con el Señor. Despues de la misma se decide a trabajar en la antigua cárcel de mujeres de Linares, aunque primero le fue negada la entrada, porque a penas tenía 15 años, Glenda insistio y no pudieron impedirle realizar sus primeras experiencias apostolicas entre los que mas sufren. Glenda buscaba comunicar su experiencia de Dios: "¿Por qué yo experimento el amor que Dios me tiene y los demás no?". Esta inquietud la movía a entregarse y dar a conocer a Dios a todos, en especial a sus compañeros de liceo y de ciudad.

Luego de esta primera llamada a la "fe cristiana, comienza a nacer en Glenda el interés por una vida de consagración completa a Dios. Miraba a las personas consagradas que iban apareciendo en su camino y pensaba: ¡qué fantástico debe ser vivir sólo para Dios! Un día siguió, sin ser vista, a una consagrada y hasta se atrevió a tocarle el borde de su hábito, "quería saber cómo era".


SU VOCACIÓN

Encuentra a Jesucristo cuando solo tenía 15 años. Fue una experiencia con la Biblia. Ella cuenta que después que se la ganó como premio en un festival diocesano de música, la leia todos los días. Un día como esos, Dios se hizo presente y abrió los ojos de su mente y de su corazón como a los peregrinos de Emaús. Entonces, reconoció al Señor, experimentó y gustó de su presencia y de su amor. Ella nos dice que fue tan grande esa experiencia que cambió por completo su vida. Comienza a dedicarse a comunicar esa experiencia en el apostolado y a la profundización de la misma en la oración. Luego recibe una segunda llamada del Señor. El Señor le pedía dejar su familia, su país,su ambiente, su novio..¡posponerlo todo! y entregarse en cuerpo y alma a servir al Señor. Decide entonces, después de años de lucha y discernimiento, consagrar su vida a Dios. En 1988, Glenda da el paso definitivo, aunque confiesa que tuvo dolor, deja a su novio y entra en las Hermanas de la Consolación. "Eso es lo que siempre he hecho en mi vida -dice Glenda-: consolar, y eso es lo que quiero seguir haciendo". Lleva 18 años consagrada al Señor e intenta "hablar al corazón del hombre", consolando a los demás con el mismo consuelo que de Dios recibe.



Vive sus primeros años de formación en Chile. En 1991 se traslada a Buenos Aires, Argentina y luego reside en Tucuman, al norte de ese país, trabajando como misionera, completamente dedicada al anuncio del Evangelio entre los jóvenes más pobres. Durante años de intenso apostolado en Argentina acompañó a numerosos jóvenes en el descubrimiento de su vocación personal, todavia hoy la recuerdan. Luego Glenda viaja a Roma para estudiar teología en la Pontificia Universidad Gregoriana. Realiza también un servicio en la secretaria de Estado del Vaticano, como secretaria del Óbolo de San Pedro. El año 2000 es enviada a España y comienza sus estudios de Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca, de la que ahora es doctoranda. Dios y el ser humano, son sus dos grandes pasiones a quienes les dedica largas horas de oracion y estudio. En europa la labor de Glenda se ha centrado sobre todo en la evangelización. Ha recorrido casi toda España anunicando al Señor Jesús y provocando a los jóvenes españoles a tener de verdad un encuentro con Cristo.

Aunque grabó su primer trabajo musical en 1998 solo en el 2002 comienza sus viajes de apostolado por el mundo. En ese año la Hermana Glenda participa en la Jornada Mundial de la Juventud en Toronto, cantando "Nada es imposible para Ti", mientras el Papa Juan Pablo II repartía la comunión. Esa experiencia con el Papa y ver su ardor misionero, apesar de su enfermedad, movió a Glenda a comenzar desde ese año grandes y pequeños conciertos por toda España, EEUU, Panamá, Costarrica, Cuba, Argentina, Chile, Alemania, y el último multitudinario concierto en República Dominicana en abril de este año (2006) invitada por el cardenal primado de las Américas para ofrecer un concierto-oración el domingo de resurrección para mas de 20.000 personas en el estadio de esa ciudad. La Hermana Glenda dedica a estos viajes por el mundo fechas de sus vacaciones, ya que tiene otras obligaciones que la requieren también.

Actualmente depende del Obispo de Terrassa, Barcelona, como consagrada Diocesana de esa Diócesis.


ASI LA VEN QUIENES LA CONOCEN

"Glenda, siempre fue una persona muy conocida y querida en nuestro liceo. La elegimos presidenta del centro de alumnos cuando solo tenía 14 años. El liceo B 27 de Linares en donde Glenda y yo estudiamos era un centro público con más de 2.000 alumnos. Compartimos de primero a cuarto medio juntas. Nadie que estuvo en esos años en nuestro establecimiento olvidará a esa particular personita que "revolucionó el liceo" con sus acciones solidarias por las compañeras de escasos recursos económicos, por la defensa de las alumnas mas problemáticas y sobre todo por su sonrisa, su sencillez y su cercanía con todos. Yo diría que es líder por naturaleza, a donde iba, lo quisiera o no, nunca pasaba desapercibida y siempre atraía a todos." (Paola, compañera de liceo y del centro de alumnos)



"Glenda estuvo pocos años en el Colegio María Auxiliadora en donde fuimos compañeras de séptimo y octavo básico. Siempre nos reíamos de las monjas, juntas hacíamos caricaturas de ellas. Nos escapábamos de las misas del colegio para fumar escondidas en el baño. Muchas veces el precio de nuestras travesuras era tener que presentarnos frente a la Hna directora, una monja italiana, que nos preguntaba acerca de la lectura de unos libros religiosos. Yo nunca los leí, pero me llamaba la atención la simpatía que Glenda despertaba en la Hna directora, ella era la única que de verdad cumplía el castigo por así llamarlo y se leía de verdad los libros. ¡La monja directora le escuchaba con entusiasmo los comentarios acerca del libro! Glenda siempre fue una chiquilla normal que hacía travesuras como todas a esa edad. Otro detalle que también recuerdo me contó, fue el profundo impacto que la película de Jesús de Nazaret y la vida de San francisco, que vimos en una clase de religión, le habían echo. Cuando me enteré que años después se había consagrado a Dios me recordé de todo esto y me dio mucha alegría."
(Sandra, amiga y compañera de colegio)

"Mi hija es una persona que desde chiquitita tenía una sensibilidad hacia Dios muy grande. Recuerdo que cuando la llevaba a misa, no tendría ni tres años, al ver que yo comulgaba ella me pidió de ese pancito porque era Jesús. Era muy inquieta, juguetona y también muy distraída, siempre perdía los lápices y otros útiles. Desde pequeña se mostró muy sociable, a mi hija mayor tenía que buscarle yo los amigos, mientras que donde Glenda estaba siempre había mucha gente alrededor. La música siempre le atrajo incluso se me perdió porque se fue detrás de un grupo de evangélicos que predicaban y cantaban por las esquinas de las calles. La tuve que ir a buscar al templo de ellos, me pasé un buen susto. Era muy golosa, recuerdo le pasaba el dinero del autobús y otro para golosinas, pero ella lo gastaba todo en golosinas y después según me contaba el propio micrero , le suplicaba que la llevara porque ella no tenía dinero. Participaba en toda actividad que se pusiera por delante: fue scout, ecologista, seleccionada de voleibol, basketball, atletismo, perteneció a un grupo folclórico, a la cruz roja, al centro de alumnos y tantas otras cosas que ya ni me acuerdo. Siempre traía diplomas, porque la verdad que lo que hacía lo hacia bien. Y como tenía buenas notas en el colegio y estaba siempre entre las mejores de su curso, le dábamos permiso para todo. Cuando se hizo adolescente me preocupé mucho, porque se declaró atea y no quería hacer la confirmación, me discutía mucho contra la religión y hacia alianza con mi marido que en ese tiempo no era creyente. Mas susto me dio cuando comenzaba a conocer más de cerca toda secta religiosa que había en Linares. Lo hacia a escondidas, porque yo no le daba permiso. Pero Linares es muy pequeño y yo igual me enteraba que había estado participando en los mormones, en los testigos de Jehová, en los adventistas, presbiterianos, etc. Claro, muchos de sus compañeros de liceo pertenecían a esos grupos así que tenia fácil acceso a ellos. Gracias a Dios y gracias a la música logró encontrar a Cristo y a la verdadera Iglesia. Participó en un festival diocesano de música y ganó. Le regalaron como premio una Biblia católica. Comenzó a leerla muy asiduamente y allí empezó un gran cambio en ella. Noté que iba todos los días a misa, colaboraba mas en los quehaceres del hogar, era mas servicial, incluso regaló toda su ropa a la gente pobre. Ella me dijo que había encontrado a Dios.

Un día llegó a casa con unos niñitos pobres y les dio de comer. Se ve que hacía tiempo les visitaba en los barrios marginales de Linares. Un día de navidad no llegaba nunca a la cena familiar y me enteré que ya hacía tiempo que ayudaba a un padre capuchino en la cárcel de mujeres de la ciudad. Luego se marchaba en los veranos de misionera o se iba de retiro espiritual, hasta que un día me lanzó la petición de que le diera permiso para consagrarse a Dios. Yo sinceramente me opuse, porque Glenda sólo tenía 17 años de edad y me parecía que debía terminar su carrera universitaria que comenzaba ese año y que si tenia vocación no se le iba a ir si esperaba unos años más. Ella me insistió mucho en que Dios la llamaba a servirlo no después sino ahora, en los años jóvenes y que a Dios no había que hacerle esperar. Al final le dije que si, porque pensé que volvería pronto y se daría cuenta de que era una simple idea que se le había metido en la cabeza. Pero no fue así, ya lleva 18 años desde que le dijo Sí a Dios. Estoy muy agradecida con el Señor y con la Virgen por haber elegido a mi hija y estoy muy orgullosa de ella, pues ha sabido luchar siempre por lo que entiende que Dios le pide."
(Graciela, mamá de Glenda)



"Hablar de Glenda, de la Hna Glenda, me resulta muy entrañable. Yo la conocí personalmente en España cuando fue destinada aquí. Pero ya la conocía de nombre, por sus canciones y por las cosas que contaban que ella hacía con los jóvenes en Argentina. Me llamó mucho la atención la manera en que vivía el carisma de la Consolación, realmente lo había encarnado, se había identificado con él. No podía escucharla sin entusiasmarme en vivir de verdad el llamado del Señor a Consolar a su pueblo. El carisma esta vivo en ella y lo acreditan miles de testimonios en los que las manifiestan que gracias a su música, su palabra y su presencia han experimentado el amor consolador de Dios. Jesús dijo: "Por sus frutos los conoceréis" y no me cabe duda que el Señor nos ha regalado en ella a un verdadero apóstol de la consolación de Dios. Ella ama mucho la oración y se esconde muchas veces para estar "A solas con Dios".
(Alexandra, hermana de comunidad)

Con la Hna Glenda hicimos juntos teología en la Gregoriana de Roma. Entre nosotros siempre fue muy querida, formábamos una piña entre 14 compañeros españoles y latinoamericanos. Fueron años inolvidables: las clases compartidas, las discusiones teológicas, la búsqueda y oración común, los paseos por Roma!. Siempre me llamó la atención su sensibilidad bíblica, tanto que en muchas clases de Biblia al ver que no tomaba apuntes le preguntaba que qué hacía, ella me decía con lágrimas en los ojos que no podía escribir de la emoción, el gozo, la luz y la paz que recibía en esas clases. Y así era, salía corriendo después de esas clases y me decía: "¡tengo que ir a orar eso que hemos visto en clases!" Y pronto nos traía una nueva canción con la palabra escuchada, rumiada y orada. No me sorprende que al pueblo de Dios le hagan tanto bien esas canciones, pues auténtica teología espiritual llena de armonía y belleza. Se que ha tenido mala suerte con la productora que le hizo firmar un contrato fraudulento para sacar provecho del don que el Señor le ha regalado, pero estoy segura que cuando consiga recuperar su libertad de esa productora, podremos volver a gozar de nuevas melodías que Dios le inspira. Me alegro que me hayan pedido hablar de Glenda, es una persona muy especial a quien me alegro de haber conocido.
(Jorge, compañero en la Universidad Gregoriana en Roma)

"Fui compañero de Glenda en los cinco años que pasamos juntos estudiando licenciatura en Psicología. ¿Qué les puedo decir de ella? Al principio nadie se acercaba a la "monja de la clase", quizá por ese prejuicio de que son gente rara y fanática de la religión. Poco a poco nos dimos cuenta que era una persona normal, simpática y muy accesible a todos y se ganó poco a poco a todo el personal! Hemos compartido muchas horas de estudio y de nervios en los exámenes, pero también muchas horas en la cafetería de la Ponti compartiendo un café junto a otros compañeros y hablando de todo un poco. No teníamos ni idea de que Glenda era tan conocida en el mundo católico, nunca nos dijo nada, ni siquiera que cantaba. Solo en una misa de la universidad la escuchamos cantar y nos quedamos flipando de lo bien que lo hacía. Era más bien conocida entre nosotros porque frente a algunos profesores críticos con la religión o con Dios se enganchaba en discusiones en clase. Para nosotros mejor, porque perdíamos clases. Incluso de broma muchas veces le pedíamos que hiciera alguna pregunta de esas que la caracterizaban para parar el ritmo del profesor, a lo que por cierto nunca accedió..!. Solo decirles que por muchas prácticas de psicología que tuvimos juntos tengo la certeza de que es una muy buena psicóloga y tiene una sensibilidad exquisita para detectar los recursos de los pacientes y ayudarles a salir de sus conflictos y problemas".
(Paco, compañero en la Universidad de Salamanca)

Desde que llegó la Hna Glenda a Argentina inyectó en el movimiento COM, "consolación para el mundo", una fuerza y entusiasmos inigualables. Cuando ella llegó el Com solo existía en el Colegio de las Hermanas y ella lo extendió a muchos pueblos de los alrededores. Llegamos a ser más de 1.000 jóvenes los que participaban en el movimiento. La vimos siempre entregada e incansable. La formación que nos daba a los monitores era muy sólida. Hizo famosas las "pascuas juveniles" en los pueblos. Recuerdo en especial una que se hizo en un colegio público, no confesional de Tucumán. Fueron más de 700 jóvenes los que vivieron la semana santa de otra forma y encontraron a Cristo. Ella era incansable, iba a buscar a los jóvenes personalmente a los colegios, a la universidad. Era imparable y no tenía miedo de pararse delante de una clase de universitarios que al principio se burlaban de ella pero terminaban aplaudiendo su voz y la gracia con que los invitaba al encuentro con Cristo. Muchos fuimos captados así por su palabra y su testimonio. Las vocaciones llovían. Se hicieron famosos sus retiros vocacionales, se llenaban. Eran tantos los que acudían para comenzar el acompañamiento vocacional que los repartía entre las hermanas de su comunidad que aceptaban cargarse más de trabajo y acompañar a los pudieran. Con ella comenzó también el movimiento en Argentina de los que hoy son la los Hermanos de la Consolación, la rama masculina de las Hnas de la Consolación. No nos sorprende que sea tan conocida ahora en el mundo entero, porque por todos los lugares en donde anduvo por nuestra tierra dejó huella. ¡Los jóvenes de Argentina nunca la hemos olvidado ni creo que lo hagamos! (Rosana, monitora del Com en Argentina)

Uno a veces como sacerdote piensa que la música y el cualquier tipo de arte son tonterías en las que la gente de poca fe necesita apoyarse. Pero que equivocado estaba. Cuando traje a la Hna Glenda a mi parroquia nunca pensé que Dios me consolaría a través de ella. Yo estaba pasando una sequedad espiritual terrible y sinceramente me había alejado de lo que celebraba. Sus canciones Bíblicas, con la palabra de Dios fueron hablando a mi corazón que estaba duro como una piedra. Y hoy he vuelto a orar y me siento mas entregado a mi ministerio. Cuando me habéis pedido que diga algo de la Hna Glenda me ha sorprendido, porque lo único que puedo decir de ella es mi propio testimonio del bien que me ha hecho su palabra y sus canciones. El servicio de evangelización a través de la música que realiza es increíble y ojalá ¡podamos tener Glenda para rato!
(Juan, sacerdote en España)

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