lunes, 16 de agosto de 2010

Don Bosco, Padre y Maestro de la Juventud

Hablar de San Juan Bosco es referirnos al "Padre y Maestro de los Jóvenes". Su particular secreto ha consistido en mantener viva en la juventud la esperanza de mejora para el futuro. Desde sus años juveniles, desde los primeros meses de su sacerdocio, en la ciudad de Turín (Italia), Don Bosco entró en contacto con jóvenes encarcelados y con otros sometidos a dramáticas situaciones humanas. Aprendió a ver en esos seres descarriados infinidad de cualidades y valores; un corazón, un alma desalentada que pide a gritos un amigo del cual sostenerse. Esta comprensión sólo puede venir de alguien que padeció en carne propia muchas de las mismas calamidades que ellos: orfandad, hambre e infinitas humillaciones para poder salir adelante en la vida.

Nacido en Castelnuovo d'Asti, el 16 de agosto de 1815, en una humilde familia de campesinos. Su padre Francisco, un sencillo labriego, murió cuando Juanito apenas tenía dos años y medio. La mamá, Margarita, analfabeta y muy pobre, tuvo que encargarse ella sola de levantar a sus dos pequeños hijos, Juan y José, y al hermanastro Antonio, hijo de un primer matrimonio de Francisco, y cuidar además de la anciana suegra, paralizada en una silla.

Así Juan Bosco experimenta no sólo la pobreza, sino la orfandad del padre y pasa por miles de penurias y peripecias que providencialmente marcarán su vida y su misión: consagrar su existencia a los jóvenes.

Juanito Bosco deseaba mucho estudiar pero en la vereda no existían escuelas y no había dinero para ir al pueblo a estudiar. Un tío campesino le enseñó a leer, y el niño Bosco empleaba todas las horas libres que le dejaban los trabajos del campo en leer y aprender el catecismo y la Historia Sagrada.

A los 9 años tiene Juanito Bosco el primero de sus 159 sueños proféticos. Se le aparece Nuestro Señor junto con la Virgen María y le presentan un montón de fieras que luego se convierten en corderos. Luego le muestra una multitud de jóvenes y le dicen: "Este será tu oficio: cambiar jóvenes tan difíciles como fieras, en buenos cristianos tan dóciles como corderitos".

A Juan Bosco sus estudios le cuestan verdaderos sacrificios. No porque no tuviera cualidades, pues poseía una memoria prodigiosa que le permitía recordar todo lo que leía y escuchaba, sino porque su pobreza era total. Esto, aunado a los celos de su hermanastro que resentía tener que trabajar todo el tiempo mientras que Juan se dedicaba más a estudiar que a trabajar en el campo, obligan a Juan Bosco a dejar su casa y emplearse en la granja de los Moglia. Allí, a pesar del trabajo duro durante el día, saca fuerzas para leer, a la luz de una vela, sus libros durante las noches. Dos años más tarde logra regresar a su casa; su hermanastro tiene una parte de la tierra para él solo. Ya más sosegado, deja tranquilo a Juan.

Juan Bosco le habla a su madre Margarita de su deseo de ser sacerdote. Debe ir a Castelnuovo a estudiar, pero no tiene recursos. Providencialmente conoce al Padre Calosso quien lo ayuda a comenzar sus estudios. Al año, el Padre Calosso muere; y con él, muere también la ayuda económica que recibía.

En una feria logra obtener algo de dinero subiendo al tope del palo engrasado llamado "el árbol de la felicidad". Aún así tuvo que pedir limosnas entre los vecinos y recibir la ayuda del párroco de Castelnuovo para poder asistir al colegio. Nunca supo lo que fue comprar libros nuevos o estrenar vestidos. Todo era de segunda mano. Pero esta pobreza lo hará enormemente comprensivo más tarde con los jóvenes pobres carentes de medios económicos para poder estudiar, y lo llevará a dedicar toda su vida a procurar facilidades de estudio para los niños más necesitados.

Don Bosco aprendió a convertirse en líder de los jóvenes con los que creció, muchos de los cuales tenían serios problemas de comportamiento. Se dio cuenta que para acercarse a estos muchachos, debía desarrollar algunas destrezas. Aprendió que combinando el entretenimiento con la enseñanza y la oración, se podían conseguir resultados positivos. Fascinados por sus piruetas y actos de magia, los jóvenes quedaban dispuestos a escuchar alguna lección o a rezar con Juan Bosco.

Una vez ordenado sacerdote en Turín, tras años de sacrificios y esfuerzos personales, dedica todas las fuerzas de su rica naturaleza y su infatigable celo a crear obras educativas para la juventud abandonada, a defender la fe del pueblo y a colaborar en la evangelización de tierras lejanas. En Italia a los sacerdotes se les da el título de "Don" acompañado de su apellido paterno; de allí que Juan Bosco se convirtiera en "Don Bosco".

Como resultado de la Revolución Industrial, la pobreza y desolación abundaba en el norte de Italia. Muchos jóvenes vivían en el abandono y la desolación.

El Padre José Cafasso lo invita a que lo acompañe a la prisión donde era capellán. El ver Don Bosco la cantidad de niños con edades comprendidas entre los doce y los dieciocho años de edad, todos saludables, fuertes, inteligentes, pero con grandes carencias de alimento espiritual y corporal, lo horrorizan. En ese momento, Don Bosco toma la decisión de usar cualesquiera medios a su alcance para prevenir que niños fuertes y saludables como esos, terminaran en la cárcel. Don Bosco necesitaba demostrarles que había mejores formas para estos muchachos de orientar sus vidas.

En 1848, Don Bosco pronuncia una frase que marca toda su vida y su trabajo apostólico: "le he prometido a Dios que hasta mi último respiro sería para mis queridos jóvenes".

San Juan Bosco sabía que la educación era un elemento básico para lograr el cambio. Don Bosco comenzó escuelas técnicas donde los jóvenes pudiera aprender lo suficiente como para trabajar en imprentas, encuadernado de libros y mecánica. Estas habilidades les garantizaban mejores condiciones y un futuro más promisor para ellos.

El 8 de diciembre del 1859, en Turín, Valdocco, con 17 miembros (un sacerdote, 15 clérigos y un estudiante) funda la congregación salesiana, bajo el nombre de "Pía sociedad de San Francisco de Sales" en honor del santo más amable que ha existido después del nacimiento de Jesucristo: San Francisco de Sales.

Es que necesitaba que sus educadores imitaran a este amable santo en tratar bien a los destinatarios. Ya el 2 de febrero de 1860 acepta en su sociedad al primer laico coadjutor. Durante ese mismo año, funda la primera casa salesiana, en Mirabello, en las afueras de Turín.

El 23 de julio de 1864 la Santa Sede reconoce la nueva Sociedad como agrupación de consagrados y unos cinco años más tarde, el 1 de marzo de 1869, la aprueba y, el 3 de abril de 1874, aprueba sus Estatutos.

En 1872, con la colaboración de María Dominica Mazzarello, funda el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora quienes se dedican a educar a la juventud pobre. Y el 9 de noviembre de 1875, funda la primera casa salesiana fuera de Italia, en Niza, Francia.

En el año de 1877 imprime su tratadito en torno a su sistema educativo: "Tratadito sobre el sistema preventivo" y, poco tiempo después, comienza la publicación del Boletín Salesiano. Durante los últimos años de su vida da comienzo a la asociación de los Cooperadores Salesianos y a la agrupación de los antiguos alumnos.

El 31 de Enero de 1888, Don Bosco muere en Turín. Cuarenta y seis años más tarde, el 3 de abril de 1934, solemnidad de la Pascua de Resurrección, es canonizado por el Papa Pío XI . Su don de hacer milagros es un caso excepcional. Para su canonización se presentaron 650 milagros obrados por él, narrados con juramentos por testigos presenciales. El decía y repetía: "Yo no hago milagros. Solamente rezo y hago que invoquen con fe a María Auxiliadora y Ella va donde su Hijo, y Cristo Jesús es el que obra maravillas".

Posteriormente, durante el centenario de su muerte, celebrado en 1988, Juan Pablo II lo proclama padre y maestro de la juventud.

Una cualidad de Don Bosco que vale la pena mencionar fue su alegría. Los muchachos de la calle lo llamaban: "El Padre que siempre está alegre. El Padre de los cuentos bonitos". Su sonrisa era de siempre. Nadie lo encontraba jamás de mal humor y nunca se le escuchaba una palabra dura o humillante. Hablar con él la primera vez era quedar ya de amigo suyo para toda la vida.

La figura del padre y maestro de los jóvenes aparece como un signo de la providencia de Dios que, inspirador de todo buen propósito nunca permite que falten santos a su Iglesia. Dócil a la acción del Espíritu Santo y fiel discípulo en la escuela de la Santísima Virgen, Juan Bosco es él apóstol incansable que afronta el trabajo con mirada profética sobre los tiempos nuevos y educa a los jóvenes para afrontar la vida con honesta sabiduría y una fe rica en obras; todo ello, por el bien de la Iglesia.

Ojalá podamos imitar a Don Bosco. Pidámosle a Dios que nos lleguen también esas cualidades tan maravillosas que Dios le regaló a San Juan Bosco y de las cuales generó tanto bien para la salvación de las almas.

(fuente: www.radioestrelladelmar.com)

sábado, 14 de agosto de 2010

Soñar para crecer

Vivimos en una sociedad que mata los sueños, particularmente los de los más pequeños, privándolos de algo fundamental para crecer y madurar satisfactoriamente.

“Por aquella época, tuve un sueño que permaneció grabado profundamente en mi mente, durante toda la vida...”. La vida de Don Bosco quedó marcada por este sueño. En los momentos de incertidumbre, de dificultad o en vísperas de decisiones importantes, Don Bosco “soñaba”. Sus sueños eran mensajes; eran irrupciones venidas “desde fuera”, algo extraordinario, profético, tranquilizador.

Don Bosco no guardaba los sueños para sí; los comunicaba. Presentó a los suyos los acontecimientos más importantes relatándoles sus sueños. En cambio, nuestra sociedad “mata” los sueños, especialmente si provienen de los más chicos. En el campo educacional, esta mordaza puesta a los sueños, priva a los niños, niñas y adolescentes de algo muy necesario para su maduración y crecimiento.

Los chicos y chicas necesitan de un tiempo para crecer, y en esa etapa, los sueños, los sentimientos, las emociones y la fantasía deben ser cultivados, con la ayuda de los padres, madres y de los educadores.
He aquí algunas simples consideraciones. Los niños y niñas no son adultos en miniatura, aunque a menudo sean investidos precozmente de responsabilidades que no tienen capacidad de sobrellevar.

Frecuentemente la televisión y la publicidad los invitan a asumir comportamientos propios de los adultos. También nosotros, sus padres y madres , apresuramos su ingreso al mundo de la “eficiencia a toda costa”, un mundo que no repara en el modo como se llega al “triunfo”, porque quien no se adapta, se arriesga a quedar excluido del mecanismo. Incluso, al llegar a la escuela, el niño enfrenta criterios de evaluación, selección, y exclusión. No podemos maravillarnos si nuestros pequeños se sienten incomprendidos, estresados, deprimidos.

Como en el cine. ¿Cuántas veces hemos visto en una película el hallazgo del “arca perdida”, por protagonistas que se llevan un chasco porque las riquezas buscadas incansablemente no existen? Nosotros, con frecuencia, tratamos a nuestros niños y adolescentes como si fueran uno de esos arcones llenos de riquezas, sintiéndonos desencantados cuando los “tesoros” no son lo que esperábamos. El verbo educar proviene de un vocablo latino que significa “sacar afuera”. Para ser verdaderos educadores debemos animar a los chicos y chicas a adquirir habilidades y desarrollar sus propias cualidades, aunque no siempre coincidan con nuestras expectativas. Los niños y niñas que se ven obligados a satisfacer los deseos de sus padres y madres, tarde o temprano pasan por períodos de grandes crisis, particularmente en el momento de la elección de su actividad profesional o de su pareja.

“Alejandro caminaba por la pared...” En el cine, en la televisión y en los videojuegos, los héroes son destrozados y recompuestos mediante injertos mecánicos y computarizados que superan las posibilidades de la naturaleza, e incluso mueren y resucitan. Algunos recuerdan, todavía, el caso de un niño que quiso “caminar por la pared”, como Alejandro, el dibujo protagonista de un spot publicitario, y terminó fracturándose. El pequeño creyó que bastaba alimentarse con determinado producto todos los días, para romper las leyes de la gravedad, que sin duda no conocía. Es legítimo, pues, preguntarse si estos entretenimientos modernos no deforman el contacto de los niños y adolescentes con la realidad. A esta influencia audiovisual debe agregarse la creciente desafección a la lectura y la escritura que sufrimos. Hemos ingresado a una nueva forma de analfabetismo: somos incapaces de “leer” el mundo, no sabemos sorprendernos, perdimos el gusto por detenernos a contemplar, la reflexión se ha convertido en un reto inabordable. Por algo Einstein advertía: “El hombre que no sabe maravillarse es un hombre muerto”.

BSCAMLa inteligencia y la afectividad deben crecer juntos. Como padres debemos favorecer el desarrollo de la “inteligencia emocional” de nuestros hijos. Una buena capacidad intelectual manifestada en el ambiente escolar no significa ser inteligente frente a la vida y las dificultades que esta plantea. Es preciso que los niños descubran el mundo de las emociones y los sentimientos, y únicamente los padres atentos pueden brindarles el gusto y el placer de aprender, de la tranquilidad, de la confianza en sí mismos y en los demás, de la alegría, de la comunicación y del autocontrol. Para conseguirlo, debemos brindarles un largo tiempo de poesía y de sueños. La sensibilidad no es un accesorio inútil.

Re-descubrir las “vitrinas” del espíritu. La vida moderna tiene muchas “exposiciones” corporales: certámenes de belleza, eventos deportivos, spots publicitarios... ¿Por qué no preocuparse, con la misma intensidad, de “vitrinas para el espíritu”, puesto que éste es el más sufrido? Debemos favorecer los espacios de “re-animación”, principalmente para los que aún están creciendo. Don Bosco lo intentaba, concretamente, en sus oratorios, que eran lugares donde el desarrollo corporal se armonizaba con los sentimientos y la espiritualidad. Todos esos padres que están tan preocupados por el crecimiento físico de sus hijos, ¿cuánto se dedican, verdaderamente, a la maduración de la vida interior de los mismos?

Medios y espacios para la imaginación. La energía necesaria para superar contrariedades, se alimenta, entre otros recursos, de la imaginación. Esta desarrolla la creatividad y la capacidad de adaptación e innovación, que cada día son más necesarias. Los padres y madres siempre tenemos a nuestro alcance, para desarrollar el mundo imaginativo de nuestros hijos e hijas, el juego, el cuento, el dibujo y el bricolage, la lectura. El juego no es una compensación, sino una necesidad imperiosa. Los cuentos ayudan a superar angustias y miedos, ya que a través del mecanismo de identificación, facilitan la aprehensión de valores fundamentales. El placer de hacer y dibujar cosas con las propias manos brinda la posibilidad de aprender a liberar el espíritu.

Los juegos infantiles son cosas de los adultos. Después del don de la vida, uno de los más grandes regalos que podemos hacer a los niños es el tiempo: estar con ellos, hacer con ellos, fantasear con ellos. Actividades tan “sin importancia” se convierten, para ellos, en momentos inolvidables. La relación “padres-hijos” tiene necesidad de un tiempo común.

El mundo del espíritu. Hoy nos quejamos de la ausencia de espiritualidad. Más que nadie, nuestros niños y niñas tienen necesidad de esta vacuna contra la intoxicación del materialismo.

jueves, 12 de agosto de 2010

Don Pascual Chávez y los desafíos del carisma salesiano en la actualidad

Entrevista con don Pascual Chávez Villanueva, rector mayor de los Salesianos

--Habitualmente no se habla sólo de Congregación Salesiana sino de «Familia Salesiana». ¿Quiénes componen esta familia? ¿Qué relación tiene con ella?

--Don Pascual Chávez: Efectivamente, Don Bosco más que fundador de una Congregación masculina, de un Instituto femenino y de una Asociación de laicos, es el fundador de un grandísimo movimiento espiritual apostólico, que llamamos Familia Salesiana. A los tres grupos originales, de los Salesianos, de las Hijas de María Auxiliadora y de los Cooperadores, se han ido añadiendo como fruto de la riqueza del carisma salesiano muchos más grupos que explicitan facetas del mismo carisma y lo enriquecen. Hoy la Familia Salesiana, a la que me gusta comparar con un árbol, tiene 24 ramas oficialmente reconocidas y otras tantas que, sin pertenecer oficialmente, están en proceso de crecimiento y consolidación en vistas de su aceptación plena, o bien se identifican con la Familia de Don Bosco. En ella el Rector Mayor , precisamente en su calidad de Sucesor de Don Bosco, es el padre y el centro de unidad. De modo que, respetando la autonomía de cada rama, el punto de referencia carismática es siempre el Rector Mayor. Así lo expresan en sus diversos proyectos de vida: Constituciones, Reglamentos o Estatutos.

--Cuando se habla de «carisma salesiano en la Iglesia», ¿qué debe entenderse? ¿A qué se refiere?

--Don Pascual Chávez: La experiencia espiritual y apostólica de Don Bosco, reconocida por la Iglesia primero a través de la aprobación de las Constituciones (1874), y autentificada por su canonización, es un don del Espíritu para la Iglesia. Esto significa que el carisma salesiano es la peculiar forma de vida de los Salesianos, fruto de la consagración al Señor por medio de la profesión religiosa y que se expresa a través de la misión a favor de los jóvenes especialmente los más pobres, abandonados y en situación de riesgo psico-social, realizada por las comunidades con una pedagogía y espiritualidad propias, la del Sistema Preventivo. En su calidad de «carisma» es un don del Espíritu y, como tal, está al servicio de la Iglesia, de su vida y de su misión. Este carisma se puede vivir por consagrados y laicos, sacerdotes y laicos, adultos y jóvenes, pero queda caracterizado siempre por su inspiración en Don Bosco, en sus grandes convicciones (los jóvenes, la educación, el sistema preventivo), por la pasión del «Da mihi animas», que era el programa de Don Bosco, por la devoción a María Auxiliadora.

--Don Pascual Chávez: Como Rector Mayor de los Salesianos, le suponemos con una visión muy amplia y global de nuestro mundo de hoy, particularmente en lo que atañe a la situación de los jóvenes. ¿Cuáles son las necesidades y urgencias que se detectan en nuestro mundo de hoy? ¿Y particularmente en el llamado «planeta joven»?

--Don Pascual Chávez: No cabe duda que tratándose de una Congregación presente en 130 países del mundo el Rector Mayor tiene el privilegio de llegar a adquirir una visión muy amplia y global del mundo en general y, del planeta joven, en particular. Las necesidades y urgencias de nuestro mundo quedan sintetizadas, a mi modo de ver, en las cuatro palabras con las que Juan Pablo II se dirigió por última vez al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede (13.01.’05): paz, pan, vida y libertad. Se trata de derechos fundamentales de la persona humana y de los pueblos, que no pueden no ser aceptadas por ningún gobierno.

Paz no es simplemente ausencia de guerras y conflictos sino la creación de aquellas condiciones sociales que permiten el desarrollo armónico sostenido de las naciones. Hay que convencerse que la guerra no hace más que provocar destrucción y muerte, retrasar las economías de los países y retardar el establecimiento de la democracia. La guerra sólo interesa a los traficantes de armas.

Pan es el derecho de toda persona a la nutrición indispensable para poder asegurar su crecimiento y el desarrollo de todo su potencial humano, que queda fuertemente comprometido cuando el hambre conduce al subdesarrollo de las facultades y, con frecuencia, a la muerte. Es inaceptable que contando con la capacidad para producir alimentos para toda la humanidad haya millones de personas que mueren cada año de hambre y sed.

Vida significa la defensa de la vida humana desde el momento de su concepción hasta su muerte, pero también la calidad misma de la vida que depende de los satisfactores básicos y, sobre todo, el sentido de la existencia. A nadie escapa que la vida hoy sea amenazada desde el primer momento hasta el último y que se oscurezca cada vez más el sentido que puede tener.

Libertad, una de las dimensiones esenciales de la persona humana, es la que mejor asegura la posibilidad del hombre o de la mujer para autodeterminarse y vivir con responsabilidad su historia personal y social. Hablar de libertad es hablar de todas sus expresiones: social, psicológica, religiosa.

En relación al «planeta» joven, lo primero que diría es que sólo existen jóvenes concretos, en la realidad de sus condiciones y contextos sociales, políticos, económicos, culturales y religiosos. Por eso resulta difícil, por no decir imposible, hablar de sus necesidades y urgencias. Para unos será lo indispensable para sobrevivir, para otros será la familia, para otros será la educación, para otros será el empleo, para otros será el sentido de la existencia. De cualquier forma, con Don Bosco, digo que todos los jóvenes tienen una inmensa necesidad de ser felices y que piden – a veces sin saber cómo – quien les acompañe en el camino de la vida y les enseñe la fórmula para ser felices para siempre, aquí y en la eternidad.

--¿Qué aportación hace la Congregación y la Familia Salesiana a estas necesidades y urgencias?

--Don Pascual Chávez: La Congregación y toda la Familia Salesiana realiza su misión en tres grandes áreas de actividad: la promoción humana, la educación y la evangelización. A través de esta presencia diversificada nosotros buscamos estar atentos y responder en la medida de nuestras posibilidades a las necesidades de la humanidad.

La promoción humana se expresa en todas las obras y actividades que van desde hospitales, hospicios, comedores, cooperativas, recuperación de drogadictos, atención a los chicos de la calle y a los que han sido víctimas de turismo sexual...

La educación ocupa la mayor parte de nuestras presencias a través de las miles de escuelas, centros de formación profesional, escuelas agrícolas, centros universitarios, oratorios, centros juveniles...

La evangelización y la catequesis son siempre el horizonte y la razón de toda nuestra actividad pastoral, de modo que se hace presente no sólo en las parroquias, santuarios, templos, capellanías, centros de espiritualidad, misiones sino también en las actividades y obras de promoción y de educación.

--¿Qué respuesta da la Congregación salesiana a los retos de las nuevas pobrezas y a las diversas formas de exclusión social en nuestro contexto europeo?

--Don Pascual Chávez: La opción por los jóvenes más pobres ha sido siempre una característica desde Don Bosco hasta nuestros días. La diferencia hoy es que, por un lado, la pobreza ya no es sólo aquella material, sino la afectiva, la cultural, la religiosa, y, por otro, que la respuesta es igualmente variada, más orgánica y más institucional.

En concreto ha ido creciendo no sólo el compromiso de los Salesianos y de las Inspectorías a favor de los emigrantes, de los marginados, de los excluidos, sino sobre todo se ha convertido dicha opción en un tipo de hermenéutica que nos hace que, en cualquier tipo de obra que estemos, analicemos cuál es la cultura que estamos promoviendo, una que sea solidaria y altruista o una que sea individualista y egoísta.

Aquí podríamos enumerar las obras de carácter marcadamente social como las casas de día, las obras para los gitanos, el trabajo con los emigrantes, los centros para jóvenes en necesidad que funcionan las 24 horas del día...

miércoles, 11 de agosto de 2010

"Venid y Veréis": Presentación del Aguinaldo 2011


Un dato histórico, confirmado por los cuatro evangelistas, es que, desde el comienzo de su actividad evangelizadora (cfr. MC 1, 14-15), Jesús llamó a algunos a seguirle (cfr. Mc 1, 16-20). Sus primeros discípulos se convirtieron así en “compañeros por todo el tiempo en el que Jesús ha vivido entre nosotros, comenzando por el bautismo de Juan hasta el día en el que, estando con nosotros, ha ascendido al cielo” (Hch 1, 21-22).

Evangelización y vocación son, pues, dos elementos inseparables. Incluso podríamos decir que un criterio de autenticidad para una buena evangelización es la capacidad de ésta para suscitar vocaciones, para madurar proyectos de vida evangélica, para implicar enteramente la persona de los que son evangelizados hasta hacer de ellos discípulos y apóstoles.

Después del Aguinaldo de 2010, “Señor, queremos ver a Jesús”, sobre la urgencia de evangelizar, hago una insistente llamada a la Familia Salesiana a experimentar la urgencia, la necesidad de convocar.

Queridos hermanos y hermanas, miembros todos de la Familia Salesiana, os invito por tanto a ser verdaderos guias espirituales para los jóvenes, como Juan Bautista que indica a Jesús a sus discípulos diciéndoles: “¡He aquí el Cordero de Dios! (Jn 1, 36), de manera que puedan ir detrás de El; hasta el momento en el que Jesús dándose cuenta de que lo siguen se dirige directamente a ellos con la pregunta: “¿Qué buscáis?” y ellos, con el deseo de conocer en profundidad quien es este Jesús, le preguntan: “Rabbi, ¿dónde vives?” (Jn 1, 38), y el Maestro los invita a hacer una experiencia de convivencia con Él: “Venid y veréis”. Algo inmensamente hermoso habrán experimentado los discípulos cuando “fueron, vieron donde vivía y se quedaron con El” (Jn 1, 39).

He aquí el camino pedagógico que os propongo recorrer:

1. Volver a Don Bosco

* Hacer nuestra su experiencia en Valdocco, donde crea un ambiente de familiaridad, de fuerte valor espiritual, de compromiso apostólico y de acompañamiento espiritual, sostenido por un inmenso amor a la Iglesia y al mundo.

* Manifestar la belleza, la actualidad y la variedad de nuestra vocación salesiana: una vida entregada por entero a Dios en el servicio a los jóvenes vale la pena ser vivida.

* Vivir la propia vida y ayudar a comprender la vida de los demás como vocación y misión. Todo como un gran don vivido en la centralidad de Dios, en la fraternidad entre los consagrados y en la entrega a los jóvenes más pobres y necesitados.

2. Para llegar a ser Don Bosco para los jóvenes de hoy

* Ser conscientes y hacer palpable la centralidad de los consagrados en la realización de la misión salesiana. Esta ha sido la convicción y la experiencia de Don Bosco.

* Crear, como en Valdocco, una cultura vocacional caracterizada por le búsqueda del sentido de la vida, en el horizonte de la Trascendencia, sostenida e impulsada por valores profundos, con carácter de proyectualidad, hacia una cultura de la fraternidad y de la solidaridad.

* Asegurar el acompañamiento a través de calidad de la vida personal, la educación al amor y a la castidad, la responsabilidad hacia la historia, la iniciación a la oración, el compromiso apostólico.

* Hacer del Movimiento Juvenil Salesiano un lugar privilegiado para un camino de discernimiento vocacional: en él los jóvenes experimentan y manifiestan una corriente de comunión en torno a la persona de Don Bosco y a los valores de su pedagogía y de la Espiritualidad Juvenil Salesiana, desarrollan el voluntariado y maduran proyectos de vida.

Roma, 31 de mayo de 2010.

Don Pascual Chávez Villanueva
Rector Mayor

(Fuente: www.sdb.org)

lunes, 15 de marzo de 2010

15 de marzo: Beato Artémides Zatti

Artémides Zatti nació en Boretto (Reggio Emilia) el 12 de octubre de 1880. No tardó en experimentar la dureza del sacrificio, tanto que a los nueve años ya se ganaba el jornal como peón. Obligada por la pobreza, la familia Zatti, a principios del 1897, emigró a Argentina y se estableció en Bahía Blanca. El joven Artémides comenzó enseguida a frecuentar la parroquia dirigida por los Salesianos, encontrando en el párroco don Carlos Cavalli, hombre piadoso y de extraordinaria bondad, su director espiritual. Fue éste quien lo orientó hacia la vida salesiana. Tenía 20 años cuando entró en el aspirantado de Bernal.

Asistiendo a un joven sacerdote enfermo de tbc, contrajo esta enfermedad. La paternal solicitud del P. Cavalli – que lo seguía de lejos – hizo que le buscaran la Casa salesiana de Viedma, de clima más propicio, y donde, sobre todo, había un hospital misionero con un estupendo enfermero salesiano que hacía prácticamente de «médico»: P. Evasio Garrone. Este invitó a Artémides a rezar a María Auxiliadora para obtener la curación, sugiriéndole hiciera esta promesa: «Si Ella te cura, tu te dedicarás toda la vida a estos enfermos». Artémides hizo de buen gusto tal promesa; y se curó misteriosamente. Más tarde dirá «Creí, prometí, curé». Estaba ya trazado su camino con claridad y él lo comenzó con entusiasmo. Aceptó con humildad y docilidad el no pequeño sufrimiento de renunciar al sacerdocio. Emitió como hermano coadjutor su primera Profesión el 11 de enero de 1908 y la Perpetua el 8 de febrero de 1911. Coherente con la promesa hecha a la Virgen, se consagró inmediata y totalmente al Hospital, ocupándose en un primer momento de la farmacia aneja, pero después, cuando en 1913 murió el P. Garrone, toda la responsabilidad del hospital cayó sobre sus espaldas. Fue en efecto vicedirector, administrador, diestro enfermero apreciado por todos los enfermos y por todo el personal sanitario, que poco a poco le fue dando mayor libertad de acción.

Su servicio no se limitaba al hospital sino que se extendía a toda la ciudad, y hasta a las dos localidades situadas en las orillas del río Negro: Viedma y Patagones. En caso de necesidad se movía a cualquier hora del día y de la noche, sin preocuparse del tiempo, llegando a los tugurios de la periferia y haciéndolo todo gratuitamente. Su fama de enfermero santo se propagó por todo el Sur y de toda la Patagonia le llegaban enfermos. No era raro el caso de enfermos que preferían la visita del enfermero santo a la de los médicos.

Artémides Zatti amó a sus enfermos de manera verdaderamente conmovedora. Veía en ellos a Jesús mismo, hasta tal punto que cuando pedía a las hermanas ropa para otro muchacho recién llegado, decía: «Hermana, ¿tiene ropa para un Jesús de 12 años?». La atención hacia sus enfermos alcanzaba rasgos muy delicados. Hay quien recuerda haberlo visto llevarse a la espalda hacia la cámara mortuoria el cuerpo de algún acogido muerto durante la noche, para sustraerlo a la vista de los otros enfermos: y lo hacía recitando el De Profundis. Fiel al espíritu salesiano y al lema dejado como herencia por D. Bosco a sus hijos – «trabajo y templanza» – desarrolló una actividad prodigiosa con habitual prontitud de ánimo, con heroico espíritu de sacrificio, con despego absoluto de toda satisfacción personal, sin tomarse nunca vacaciones ni reposo. Hay quien ha dicho que sus únicos cinco días de descanso fueron los que transcurrió...¡en la cárcel! Sí, conoció también la prisión por la fuga de un preso recogido en el Hospital, fuga que se la quisieron atribuir a él. Salió absuelto y su vuelta a casa fue un triunfo.

Fue hombre de fácil relación humana, con una visible carga de simpatía, alegre cuando podía entretenerse con la gente humilde. Pero sobre todo, fue un hombre de Dios. Artémides Lo irradiaba. Un médico más bien incrédulo del Hospital, decía: «Cuando veía al señor Zatti, vacilaba mi incredulidad». Y otro: «Creo en Dios desde que conozco al señor Zatti».

En 1950 el infatigable enfermero cayó de una escalera y fue en esa ocasión cuando se manifestaron los síntomas de un cáncer que él mismo lúcidamente diagnosticó. Continuó sin embargo cuidando de su misión todavía un año más, hasta que tras sufrimientos heroicamente aceptados, se apagó el 15 de marzo de 1951 con total conocimiento, rodeado del afecto y del agradecimiento de toda la población.

(fuente: www.vatican.va)

viernes, 12 de marzo de 2010

Don Orione, un educador apasionado

El 15 de octubre de 1893, Don Orione, por entonces un seminarista de 21 años, fundaba una escuela en un humilde barrio de Tortona que albergaba a 40 chicos de las familias olvidadas de los valles cercanos. Esa escuela fue la semilla de la Congregación de Don Orione.

En aquel momento histórico existía una gran brecha entre el pueblo y la Iglesia; las ideologías anticlericales iban arrancando del corazón del hombre el preciado don de la fe. Don Orione lo vive en su propia familia, por esa razón consagrará su vida a cerrar la brecha entre la Iglesia y el Pueblo, entre la religión y la sociedad, y lo hará comenzando por una escuela.

Vivió con pasión por “salvar a la niñez y a la juventud, sol o tempestad del mañana”. Estaba convencido que el único modo de salvar a la sociedad era educándola. Escribía en una de sus cartas: “Tengo necesidad de correr por toda la tierra y por todos los mares, y me parece que la caridad de Nuestro Señor Jesucristo dará vida a todas las tierras y a todos losa mares y todos clamarán por Jesucristo... Abrir colegios muy fieles al Papa, es decir muy fieles a Jesucristo”.

Instauró ”un sistema nuevo de educar” que lo llamó “Sistema Cristiano Paternal”, entre cuyos rasgos principales se destacan:

- El ambiente de familia que debe reinar en cada escuela.
- El buen uso del tiempo (para alumnos y docentes).
- Adhesión a los valores del pueblo.
- Didáctica ágil que facilite y acompañe el estudio.
- Papel central de la afectividad: “El corazón es la gran puerta de entrada de todos los valores humanos”.

Según palabras de Don Orione, “una escuela es una gran obra de Caridad”. Nosotros podríamos agregar que una obra de caridad es siempre una gran escuela.

(Fuente: www.donorione2007.com.ar)

miércoles, 3 de febrero de 2010

Mensaje del Rector Mayor al Movimiento Juvenil Salesiano en el centenario de la muerte de don Miguel Rua

“QUEREMOS VER A JESÚS”

Roma, 31 enero 2010

Queridísimos jóvenes,

Aquí estoy, fiel a nuestra cita con ocasión de la fiesta de Don Bosco, “padre de los jóvenes”. Nuestro encuentro de este año, que lamento sea sólo virtual, aunque no sea menos verdadero y auténtico, coincide con el comienzo del centenario de la muere de Don Rua, primer sucesor de Don Bosco y, sin duda, su discípulo más fiel y mejor logrado.

De hecho, ésta es una de las motivaciones principales para la elección del tema del Aguinaldo ofrecido a toda la Familia Salesiana para este año 2010: “A imitación de don Rua, como discípulos auténticos y apóstoles apasionados, llevemos el Evangelio a los jóvenes”.

Pues bien, quiero ser el primero en acoger el programa espiritual y pastoral del Aguinaldo y, a través de este mensaje, a modo de diálogo entre vosotros y yo, os ofrezco el Evangelio y deseo haceros ver a Jesús, para que también podáis llegar a ser sus discípulos, testigos y apóstoles.

Cuando me encuentro con vosotros, muchas veces percibo en vosotros un gran deseo de encontrar al Señor. Tal vez no logréis expresar este deseo con claridad, pero yo recojo de todas maneras vuestro anhelo más profundo, el que habita en vuestro corazón. Os tomo de la mano y os llevo hasta mi Maestro, mi Señor y mi Dios.

“¡Don Pascual, queremos ver a Jesús!”

Si lo deseáis de verdad, debéis tener pies resistentes y oídos atentos. Porque Jesús camina. ¡Y no se detiene jamás! Para encontrarle deberíais escuchar el canto de los granitos de arena levantados por sus pies. A su paso, todo se convierte en nuevo y su paso no conoce fin.

Siempre conserva una zancada de ventaja y su palabra es como Él, incesantemente en movimiento, sin límite en el acto de entregar todo, de dar a conocer todo sobre sí mismo. Han transcurrido 2.000 años, pero Él parece que acaba de pasar. La historia todavía crepita por su paso, como después de la explosión de una bomba. Y el mundo no es el de antes. Nadie ha hablado sobre Dios como este hombre, nadie nos ha amado como Él, nadie se ha entregado totalmente como Él hasta anonadarse. Nadie ha imperado como Él al viento y al mar, a los espíritus malvados que atormentan y destruyen en el hombre la parte mejor de su humanidad, nadie como Él ha vencido a la muerte y al pecado. Es distinto de todos los demás.

Por esto muchos le odian, como se odian los que no se han homologado al pensamiento corriente.

“Yo no tengo un puesto para dormir cuando cae la noche. No tengo un escondrijo, si alguno me busca. Las zorras tienen sus madrigueras, los pájaros su nido; Yo vivo sin protección entre peligros y amenazas. Quien aspire a abrirse camino siguiendo los métodos al uso, no encuentra en Mí lo que busca”.

Dice a aquellos con los que se encuentra: “¡Ha llegado la hora de cambiar!”.
“Dios está aquí en medio de vosotros y nadie puede detenerle ya”.

“Es Él a quien buscamos. Anda, llévale nuestra petición”.

No es necesario. Él sabe lo que queréis. En las orillas del lago, la gente le asedia y le pregunta: “¿Cuál es tu mensaje?”. Jesús mira a los pescadores que están echando las redes. Su respuesta es muy distinta de la que habríamos esperado. No lanza una arenga ni pronuncia una conferencia, sino que dice: “¡Venid! ¿Por qué continuáis pescando? ¡Mejor, salvad al que se ahoga, varones y mujeres, con el agua al cuello! ¡Tengo necesidad de vosotros! Quiero haceros pescadores de hombres”.

Y ellos dejan las redes, la barca, padres, mujeres e hijos. Se van con Él. “¿Queréis de verdad saber quién soy? Haced el camino conmigo y tendréis la respuesta”, dice Jesús. Se necesita coraje y andar contra corriente. Es incómodo dejar la perezosa quietud de los días siempre iguales e iniciar un nuevo camino.

Un día, un joven como vosotros viene a buscar a Jesús y le dice: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para ser como Dios me quiere? ¡Confíame el secreto de esta felicidad!”.

Jesús responde: “Conoces los mandamientos de Dios: No matar. No cometer adulterio. No robar. No jurar en falso. Honra a tu padre y a tu madre”.

“Maestro, replica el joven, todo esto lo he respetado con rigor desde mi más tierna infancia”. Jesús le mira con amor y le dice : «Sólo te falta una cosa para llegar a la meta: vuelve a casa, vende todos tus bienes y dona a los pobres lo recabado. Luego ven y sígueme”. Pero el joven se entristece y se marcha.

Seguir a Jesús no significa tomar “una” decisión. Significa tomar “la” decisión. Significa arriesgar todo jugando a una sola carta. Significa asumir como propia la decisión que ha tomado Él respecto a nosotros: “Os aseguro que no hay amor más grande que éste: dar la vida por los propios amigos”.

Y, para dejar todo más claro, todo más concreto, Jesús ofrece su explicación a través de dos parábolas: “El Reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo; un hombre lo encuentra y lo esconde; después va, lleno de alegría, vende todos sus bienes y compra aquel campo. El Reino de los cielos es semejante también a un comerciante que va en busca de perlas preciosas; encontrada una perla de gran valor, vende todos sus bienes y la compra”.

Jesús nos impulsa hasta la paradoja: en otra parábola elogia a un administrador infiel y deshonesto, culpable de falsedad en acto público, estafa, apropiación indebida y corrupción. Sólo para poner de relieve que ese hombre se ingenia para garantizarse el futuro, es decir, es previsor. Es un deshonesto, pero con coherencia sigue una línea muy derecha: mira sin escrúpulos a su propio provecho.

Queridos jóvenes, amigos míos y de Don Bosco, no podéis vivir sin saber lo que verdaderamente cuenta, sin saber cuál es el sentido de la vida. Porque la vida es todo lo que tenéis.

La única carta segura sobre la que podéis apostar es precisamente Él, Jesús.

“Pero, don Pascual, el Reino de Dios no es para nosotros. Es una cosa demasiado alta y difícil”.

¡Si Jesús te quiere y te llama, puedes moverte! Puedes cambiar de dirección, iniciar un nuevo camino. Basta saberse, sentirse y quererse amado por Él. Basta cambiar tus costumbres, repensar tus convicciones. Así hicieron los primeros discípulos: llamados uno a uno por su nombre, se pusieron sin vacilación en camino directo hacia Él.

En la vida de cada hombre hay un día, una hora que deja un recuerdo inolvidable. Es el momento en el que sucede algo nuevo, es el momento en que una vida cambia totalmente. “Eran cerca de las cuatro de la arde”, recuerda Juan, cuando encontraron a Jesús.

La Escritura nos da muchos testimonios. Dios hace sus elecciones sin fijarse en censo, dotes o cualidades personales; más todavía, escoge paradójicamente a los más débiles, a los pobres, a los ignorantes del mundo. A veces llama de manera impetuosa, casi violenta: es el caso de Pablo, caído por tierra en el camino de Damasco. Muchas veces, por el contrario, lo hace de manera sencilla y persuasiva. Así fue la invitación dirigida a los dos discípulos de Juan Bautista.

Para llamar a un persona, la mayor parte de las veces Dios se vale de una mediación humana: el Bautista para Andrés y Juan; Andrés para su hermano Simón; Felipe para Natanael. ¡Así entonces ...! ¿Y ahora? ¡Hoy se sirve de mí para llamarte a ti! ¡Ven! ¡Te invito a conocerle!

Es verdad. No fue fácil para los discípulos captar la “lógica” de su Maestro, pero al final se dieron cuenta de que fuera de Él no habrían encontrado palabras capaces de dar luz y fuerza para alcanzar la plenitud de vida que Jesús les había indicado.

Y no sólo a ellos. Zaqueo, un publicano, es decir, un cobrador de impuestos, era un funcionario que exigía las tasas para los romanos. A los ojos de la gente, un “colaboracionista”, un traidor, despreciado y odiado por los “verdaderos” judíos. Precisamente este Zaqueo, traidor y deshonesto, se entera de que Jesús está entrando en Jericó. Ha oído hablar de este hombre. Dentro de sí siente una fuerte atracción: desearía conocer o, al menos, ver a Jesús. Deja la mesa de los impuestos y corre a donde se amontona la multitud en torno al Maestro. Hay demasiada gente y él, pequeño de estatura, incluso dando saltos, no consigue ver absolutamente nada. Entonces corre más adelante y se sube a un árbol. El rico, poderoso y ciertamente odiado Zaqueo, se encarama entre las ramas de un sicómoro. Su gran deseo le ha hecho perder toda dignidad y le ha convertido en hazmerreír a los ojos de la gente. Todos se ríen de él y también Jesús debió de sonreír, pero después, escrutando el fondo de su corazón, le dice: “Baja, Zaqueo, porque hoy debo quedarme en tu casa”. Zaqueo baja, corre a casa.

Las autoridades públicas de Jericó y los judíos bienpensantes están molestos, furiosos y heridos. Todos murmuran y dicen: “Ha ido a casa de un pecador”. Están asombrados y tienen la impresión de no entender nada. Es el mundo vuelto a revés: ¡el Mesías en cada de los pecadores!

Pero Jesús obra siempre de este modo. Descompone nuestro mundo egoísta e hipócrita, lo descoyunta y no le importa el orden establecido. Da la vuelta a los valores estables, para poner en su lugar un orden social totalmente nuevo.

Jesús está en casa de Zaqueo y no le dice que abandone a su mujer, que venda su casa, que distribuya sus bienes a los pobres y que Le siga. Le dice solamente: “Hoy me quedo en tu casa”.

Las llamadas de Jesús son de dos tipos. Dice al joven rico: “Ve, vende todo lo que tienes y sígueme. No llevarás bagaje, no te servirán, proveeré Yo de ti. Yo seré tu Bien”. A Zaqueo, en cambio: “Hoy debo quedarme contigo”. Esta última llamada no es más fácil que la primera. A Zaqueo, en efecto, le desbarajusta todo su modo de ser y de vivir.

Cuando Jesús dice que quiere vivir con nosotros y nosotros le recibimos en nuestra casa, entonces muchas cosas cambian dentro de nosotros y nuestro modo de vivir se revoluciona. Cuando acogemos a Jesús en nuestra vida, Él nos libera de todo cuanto no es Dios.

Cuenta una sola cosa: ¡Acogerle! Y para esto hay que estar siempre dispuestos y vigilantes: en el momento en que recibes su llamada, tienes la posibilidad de convertirte en una persona libre, capaz de disponer de ti mismo para poner tu vida a su servicio y al de los demás.

“Entonces, ¿crees de verdad que Dios tiene necesidad de nosotros?”

En primer lugar, Jesús quiso tener a hombres en torno a Él: doce amigos, una comunidad, un pueblo. Después hace más: se presenta a Sí mismo y a la Iglesia como una vid: “Yo soy la verdadera vid. Permaneced unidos a Mí, y Yo estaré unido a vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí solo, si no permanece unido a la vid, tampoco vosotros podéis dar fruto si no permanecéis unidos a Mí. Yo soy la vid. Vosotros sois los sarmientos. Si uno permanece unido a Mí y Yo a él, produce mucho fruto; sin Mí no podéis hacer nada”.

En sus amigos circula su misma sangre. “Yo soy vosotros y vosotros sois Yo”, afirma. “Y éste es el signo para reconocerme: se llama Eucaristía. Somos el mismo cuerpo. En nosotros circula la misma sangre. Vosotros sois ahora mis manos, mis pies y mi corazón”.

Después de haberle crucificado, sus enemigos pensaban: ¡Lo hemos eliminado! De una vez por siempre, hemos colocado una piedra sobre Jesús de Nazaret. Pero no se puede impedir al sol que salga. No se puede impedir que sea Vida a Aquel que puede vencer a la muerte. No se puede impedir participar en la Vida de Aquel que es la fuente de la Vida. Nada hay más vivo que Dios. Y en aquella última noche, en la Eucaristía, Jesús dice: “¡Ahora sois Yo”. ¡Jesús está vivo en nosotros!
Queridos jóvenes, podéis ser genios, organizadores, inventores, gente famosa, varones y mujeres de éxito... Pero todo esto no es nada ante la posibilidad de ser un instrumento en las manos de Dios.

No podéis tener una vida estéril, que cada día marchita un poco más la vida. Por el contrario, podéis estar repletos de fruto. Es una responsabilidad vuestra. “Mi Padre es el agricultor”, explica Jesús. “Toda rama que no esté en Mí y no dé fruto, Él la corta y la arroja fuera, y las ramas que dan fruto las libera de todo lo que impide dar frutos más abundantes. Vosotros estáis ya liberados gracias a la Palabra que os he anunciado”.

Podéis ser la boca a través de la cual Dios continúa hablando a los seres humanos, instrumentos para anunciar la verdadera libertad. Podéis ser los ojos que saben ver en la oscuridad del mundo, para indicar después a los demás la presencia de Dios y su Reino. Podéis ser los oídos que, en medio de los ruidos y de las músicas de los iPod, consiguen oír lo que ya parece no audible: la voz del que llora, del que implora ayuda, del que invoca respeto y dignidad y del que pide justicia y pan. Podéis ser las manos y los pies para ir al encuentro de las personas y levantarlas y sostenerlas en pie en el nombre de Jesús. Y descubriréis que habéis recibido mucho más de cuanto hayáis sido capaces de dar.

Éste es secreto de la felicidad. “La felicidad está en otra parte, en la parte que no pensáis”, dice Jesús. “La felicidad se construye sólo con Dios”.

Lo había anunciado ya una joven hebrea en Nazaret, su madre, antes de que Él naciese: “Cantaré mi canción más bella en honor de Dios, porque Él es poderoso. Ha hecho en mí grandes cosas. Su nombre es santo. Su misericordia dura por siempre con todos aquellos que le sirven. Ha dado prueba de su poder, ha destruido a los soberbios y sus proyectos. Ha derribado del trono a los poderosos, ha levantado de la tierra a los oprimidos. Ha colmado de bienes a los pobres, ha despedido a los ricos con las manos vacías”.

Dios está de parte de los derrotados, de los pobres, de los atormentados, de los puros y de los pacíficos. “Los pobres son felices, alegres, bienaventurados, en paz, en armonía consigo mismos, con el mundo y con Dios, porque tienen las manos y el corazón puro, que no conoce el egoísmo, que no gira en torno a sí mismo, sino que mira a Dios. Bienaventurados los que construyen la paz y luchan por la justicia”.

“Vosotros sois la sal de la tierra y, por tanto, podéis impedir que este mundo se corrompa. Debéis ser antorchas encendidas, porque todavía hay demasiada oscuridad en este mundo No os he pedido simplemente que llevéis una luz. ¡Vosotros debéis ser la luz! Debéis ser fuego y, para dar luz, debéis consumaros vosotros mismos, como el tronco que arde”.

Seréis bienaventurados si os decidís a caminar con Jesús, si aceptáis el riesgo de transformar en luz vuestros sueños; pero, sobre todo, seréis felices si permanecéis en Él y no simplemente con Él. Libres para producir frutos, es decir, las obras visibles de un amor concreto, hecho de verdad, de entrega, de sacrificio total de la vida, si fuera necesario.

En la última noche, Jesús se levantó, se quitó al manto y se ciñó un delantal a los lomos. Después echó agua en una jofaina y se puso a lavar los pies a sus discípulos y a secarlos con su delantal. Así hacían los esclavos. Inmediatamente después dijo: “Lo que he hecho Yo, hacedlo también vosotros, los unos a los otros”.

Formad un pueblo de personas que se aman, para que, viéndoos a vosotros, comiencen a creer en Dios.

Somos un nuevo pueblo. Somos la Familia de Dios, somos la verdadera vid que el Padre cuida con amor. Recibimos la linfa del Espíritu de Jesús y somos los sarmientos que dan fruto... Nos llamamos Benito de Nursia, Francisco de Asís, Domingo de Guzmán, Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Francisco de Sales, Don Bosco, Madre Mazzarello, Don Rua, Domingo Savio, Laura Vicuña, Monseñor Versiglia, Calixto Caravario, José Calasanz, José Kowalski, Zeferino Namuncurá, Jóvenes Mártires del Oratorio de Poznan, Piergiorgio Frassati, Madre Teresa de Calcuta, Damián de Veuster, José Quadrio, Nino Baglieri... Nosotros... Somos muchos. Una Familia que cada día acoge la Palabra. Una vid que cada día ofrece los frutos del Espíritu.

Por tanto, caminad con la cabeza erguida. Tenéis vuestra vida en vuestras manos. Tenéis plena conciencia de vosotros mismos. Permaneced en pie, aunque estéis solos, aunque sea frente a una multitud. Podéis inclinaros sólo ante Dios y para levantar a los que han caído. Amad a Dios con todo el corazón y a las personas que viven a vuestro lado, como a vosotros mismos.

Jesús concluyó su Sermón de la Montaña con estas palabras: “El que pone en práctica lo que os digo es una persona previsora que había construido su casa sobre una roca. Y cuando llegó el nublado y los ríos se desbordaron y la tempestad se abatió sobre la casa, ésta quedó intacta, porque sus cimientos habían sido excavados en la roca.
En cambio, el que escucha mis palabras y no las pone en práctica es tan necio como quien había construido su propia casa sobre la arena. Y cuando vino la lluvia y los ríos se salieron de cauce y la tempestad descargó sobre la casa, ésta se rompió y quedó hecha añicos”.

Tened cuidado de vosotros mismos: construid vuestra casa sobre la roca o seréis triturados.



“Don Pascual, ¿Jesús pretende todo esto de nosotros?”

Servir al Señor es muy sencillo. Dios no es un tirano. Dios habla con vosotros como un padre y un amigo.

“No sois vosotros los que Me habéis elegido como amigo, sino que he sido Yo el que os ha elegido a vosotros y os he convertido en mis amigos. Así, vuestro trabajo crecerá y producirá frutos que durarán toda la eternidad. Si seguís el camino que os muestro, dice Jesús, experimentaréis cómo es bonito pertenecer a Dios y cómo no es pesada la carga que la fe os pide que llevéis”.

Debéis tomar aliento, levantaros, debéis sentiros personas libres. Mi mensaje es una invitación a una fiesta. El futuro es una mesa llena de alegría entre amigos, y Dios celebrará fiesta con nosotros.

Jesús dice que su palabra está sembrada dentro de vosotros, como en un campo; pero el corazón humano es terreno difícil y complicado, lleno de durezas y sofocado por la maleza espinosa.

A pesar de todo, vosotros sois el campo. Si comenzáis a escuchar la Palabra, podréis encontrar algo precioso.

Antes de nada, podréis encontraros a vosotros mismos. Y encontraréis a Dios dentro de vosotros. “No debéis tener miedo, pero no podéis hacer nada sin Él. Y Él tiene necesidad de vosotros”.

Él nos conoce muy bien, exactamente como somos. Conoce el singular mundo de tinieblas y de luz que está dentro de nosotros; conoce mejor que nosotros la misteriosa mezcla que somos.

Sabe de qué somos capaces. Los otros pueden quedar defraudados, porque se han forjado sueños sobre nosotros y nos proyectan en su ideal. En cambio, Dios no queda jamás defraudado. ¡Porque aquél a quien Él ama soy yo, como soy hoy...!
Dios no vive en el futuro ni vive en el pasado, sino en el presente. Él es el presente y me ve en mi realidad presente.

También los amigos de Jesús pensaban que era necesario ser grandes y poderosos para realizar el Reino de Dios; pero Él dijo: “Para ser útiles a Dios debéis ser pequeños, como un niño”.

Un niño es un ser que todavía tiene ante sí su propio futuro. Un niño está hecho de sueños y de confianza.

Caminad derechos, con la cabeza erguida. Tenéis un futuro ante vosotros y merece la pena ir a su encuentro. Los niños son débiles: lo que más les falta es sobre todo la fuerza. Pero tienen confianza. Y cuando todo marcha bien, saben que son amados.

Y tienen delante de sí el futuro. Vosotros tenéis una palabra que decir en vuestra vida y con vuestra vida. Una palabra de consuelo, una palabra liberadora, una palabra de esperanza, abierta al futuro. Tened el valor de pronunciarla. Tened el valor de ser lo que sois y debéis serlo íntegramente: personas autenticas, libres, que tienen una vocación.

¡No tengáis miedo! Caminemos con valentía hacia la otra orilla.

Este océano de peligros y de amenazas es realmente muy grande y nuestra barca es pequeña y frágil. Pero en nuestra barca llevamos a Jesús, el Hijo de Dios. ¿Quién puede darnos miedo?

Queridos jóvenes, os quiero de verdad y he acogido vuestra petición de haceros ver a Jesús. Os lo he hecho ver y os llevado a Él. Deseo que ahora podáis confesar como los discípulos del Bautista: “Hemos encontrado al Cristo”, y que os preocupéis de trabajar para conducir a otros hasta Jesús.

Para concluir, os dejo con la oración del Cardenal Newman. Hacedla vuestra y convertidla en programa de vida.



EN TUS MANOS

Señor, me pongo en tus manos enteramente.
Tú me has creado para Ti.
No quiero pensar más en mí,
sino sólo seguirte.

¿Qué quieres que haga?
Permíteme hacer el camino contigo,
acompañarte siempre,
en la alegría y en el dolor.

Te entrego deseos, placeres,
debilidades, proyectos, pensamientos
que me entretienen lejos de Ti
y me repliegan continuamente sobre mí.

¡Haz de mí lo que quieras!
No discuto sobre el precio.
No trato de saber con anticipación
tus designios sobre mí.
Quiero lo que Tú quieras para mí.

No digo: “Te seguiré donde vayas”,
porque soy débil.
Pero me entrego a Ti
para que seas Tú quien me conduce.
Quiero seguirte en la oscuridad,
sólo Te pido la fuerza necesaria.

Oh, Señor, haz que yo lleve todo ante Ti,
y que busque lo que Te agrada
en cualquier decisión mía
y tu bendición sobre todas mis acciones.

Como un reloj de sol no indica la hora
si no es con el sol,
así quiero yo ser orientado por Ti:
Tú quieres guiarme y servirte de mí.
Así sea, Señor Jesús.
(Cardenal J.H. Newman)

Con afecto y gran estima.

D. Pascual Chávez Villanueva, SDB
Rector Mayor

(fuente: www.sdb.org)

domingo, 31 de enero de 2010

Don Pascual Chávez en Argentina: “Los jóvenes son el presente”

El Rector Mayor de los salesianos, Don Pascual Chávez Villanueva, arribó hoy a San Nicolás de los Arroyos, donde más de 400 jóvenes participan de un encuentro en vísperas a la creación de las dos nuevas inspectorías argentinas.

Pasadas las 10.30 de la mañana el IX sucesor de Don Bosco llegó al hotel Colonial de la ciudad nicoleña, en el que una hora más tarde realizó una conferencia de prensa y destacó que “los jóvenes son el presente, no sólo la esperanza del futuro”, es decir, “si en el presente no desarrollan sus cualidades, talentos, dimensiones, en vez de ser un recurso para el futuro serán un problema social”.

Su presencia en la ciudad que alberga la primera Casa Salesiana de América tiene por objetivo el lanzamiento del nuevo diseño de la congregación en Argentina, para aunar esfuerzos y energías, y potenciarse para los nuevos desafíos, siendo conscientes de los recursos que se tiene y reconociendo la realidad de hoy.

Don Chávez destacó también la santidad salesiana en el país, con el ejemplo de Laura Vicuña, Ceferino Namuncurá y Artémides Zatti, que desarrollaron su labor en las tierras soñadas por Don Bosco.

Luego el Rector Mayor dio la bienvenida a los participantes del encuentro de jóvenes en el colegio Don Bosco y se fotografió con ellos.

A partir de las 16 dará una charla y continuarán las actividades que seguirán en el Santuario de la Virgen del Rosario de San Nicolás.

(fuente: www.donbosco.org.ar)

jueves, 21 de enero de 2010

Novena a San Juan Bosco

DÍA PRIMERO

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor ardiente que tuviste a Jesús Sacramentado y por el celo con que propagaste su culto, sobretodo con la asistencia a la Santa Misa, con la Comunión frecuente y con la visita cotidiana; alcánzanos la gracia de crecer cada vez más en el amor y práctica de tan santas devociones, y de terminar nuestros días fortalecidos y confortados por el celestial alimento de la Divina Eucaristía.

Padrenuestro, avemaría y gloria.
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DÍA SEGUNDO

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor ternísimo que tuviste a María Auxiliadora, vuestra Madre y Maestra; alcánzanos una verdadera y constante devoción a tan dulcísima Madre, a fin de que, como hijos suyos devotísimos, podamos merecer su valioso patrocinio en esta vida y de un modo especial en la hora de nuestra muerte.
Padrenuestro, avemaría y gloria.
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DÍA TERCERO

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor filial que tuviste a la Santa Iglesia y al Sumo Pontífice, a quien defendiste constantemente; alcánzanos la gracia de ser siempre dignos hijos de la Iglesia Católica, y de amar al Papa y venerar en él al Infalible Vicario de Nuestro Señor Jesucristo.

Padrenuestro, avemaría y gloria.
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DÍA CUARTO

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor grande con que amaste a la Juventud y le hiciste de Padre y Maestro, y por los heroicos sacrificios que sobrellevaste por su salvación; haz que también nosotros amemos con un amor santo y generoso a esta porción elegida del Sagrado Corazón de Jesús, y que en todo joven contemplemos la persona adorable de nuestro divino Salvador.
Padrenuestro, avemaría y gloria.
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DÍA QUINTO

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que a fin de continuar y extender siempre más tu santo apostolado, fundaste la Sociedad Salesiana y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora; haz que los miembros de estas dos Familias Religiosas estén siempre llenos de tu espíritu y sean fieles imitadores de tus heroicas virtudes.

Padrenuestro, avemaría y gloria.
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DÍA SEXTO

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que a fin de obtener en el mundo más abundantes frutos de fe práctica y ternísima caridad, instituiste la Unión de los Cooperadores Salesianos; haz que éstos sean siempre modelos de las virtudes cristianas y providenciales ayudantes de tus obras.

Padrenuestro, avemaría y gloria.
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DÍA SÉPTIMO

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que amaste con amor inefable a todas las almas, y que para salvarlas enviaste a tus hijos hasta los últimos confines de la tierra; haz que también nosotros pensemos continuamente en la salvación de nuestras almas y cooperemos con todos los medios posibles a salvar tantos pobres hermanos nuestros.

Padrenuestro, avemaría y gloria.
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DÍA OCTAVO

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que amaste con un amor de predilección la bella virtud de la pureza, y la inculcaste con el ejemplo, con la palabra y con los escritos; haz que también nosotros, enamorados de tan indispensable virtud, la practiquemos constantemente y la difundamos con todas nuestras fuerzas.
Padrenuestro, avemaría y gloria.
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DÍA NOVENO

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que fuiste siempre tan compasivo hacia las humanas desventuras, dirige una mirada hacia nosotros tan necesitados de tu auxilio. Haz descender sobre nosotros y sobre nuestras familias las maternales bendiciones de María Auxiliadora; alcánzanos todas aquellas gracias espirituales y temporales que necesitamos: intercede por nosotros en vida y en muerte, a fin de que podamos cantar eternamente las divinas misericordias en el Paraíso Celestial. Así sea.

Padrenuestro, avemaría y gloria.

miércoles, 20 de enero de 2010

Flaio Insinna, el último actor que interpretó a Don Bosco

Entrevista al Protagonista que interpretó a Don Bosco, Flavio Insinna.

El 22-23 de septiembre del 2006 se trasmitió por la Raiuno la película, en dos sesiones, "Don Bosco" el sacerdote de los jóvenes y de la alegría.

«Hacía reír más que Fiorello, tenía una espiritualidad de locos, construía basílicas, sabía oponerse, era sindicalista, revolucionario y santo, considerado así cuando todavía estaba vivo. Y también: escritor y actor, creó talleres y carpinterías … San Juan Bosco ha sido para mí un descubrimiento estratosférico».

- Por qué, ¿no lo conocía?
- «Sí, pero como todos, sabía que era el santo de la alegría, de los jóvenes; también mi madre estudió en los Salesianos, en una palabra, lo común. Posteriormente he comenzado a profundizar y he descubierto una mina sin fin”.


En el filón de los santos en TV

Y la mina terminó en TV. En la nueva serie, la RAI, con la dirección de Ludovico Gasparini, ha mostrado a los italianos uno de los santos más amados, más conocidos, si es que es posible conocer hasta el fondo a una personalidad gigante como la de San Juan Bosco.

Y para interpretarla se ha tomado un rostro emergente de la TV y del cine, Flavio Insinna, el Capitán de los Carabinieri en Don Mateo, la súper serie de Rai1 con Terence Hill. Insinna, estudió recitación con Gigi Proietti, tiene 39 años, y un currículo extraordinario ante una prueba compleja.


Una vida entre los muchachos

Te piden que intérpretes a un policía, pues bien, te preparas un poco y adelante. Pero para hacer bien el Don Bosco, habría tenido que estudiar al menos cuatro o cinco años. Ahora estoy rodando unas escenas sobre Meucci, los años son aquellos, y yo pienso, en este momento, Don Bosco ¿qué está haciendo? Y la respuesta es que mientras Meucci probaba sus experimentos, Don Bosco estaba trabajando en las periferias de Turín.

- ¿Cuál es la parte de su carácter que ha querido poner en primer plano?
- «¿Y cómo haces para elegir en un maestro de cosas terrenas y alumno de los sueños como lo han llamado? Todos los días palpábamos su grandeza, y quedábamos maravillados. Por ejemplo: En el plató había muchos niños que recitaban, y no eran los niños pobres recogidos de la calle con los que él tratada, y sin embargo yo terminaba agotado. ¡Y pensaba en Don Bosco que estaba todos los días y toda la vida con estos muchachitos!

También me ha impresionado, entre otras cosas, una cosa que decía allá por 1850, cuando hasta los niños trabajaban en las fábricas y ni siquiera se sabía que existían los derechos: "No basta amar, la gente tiene que sentirse amada". ¡Maravilloso! Un pensamiento que también he encontrado en un libro de Carter, Sentieri per la nuova cascata (Senderos para una nueva cascada), en una poesía, El último fragmento, que dice: “¿Has logrado lo que querías de la vida? Sí, sentirme amado en la tierra”. ¡Don Bosco lo decía ya hace dos siglos!».

- Después del Padre Pío, Juan XIII, María Goretti, una nueva película religiosa. Y en el cine también se ha proyectado «The Passion». ¿Hay un poco de inflación o es mejor así?
- «Creo que con buena intención se puede hacer cualquier cosa. Y bienvenidos sean estos temas, si al mostrarlos con seriedad se defienden buenas intenciones. Sólo me disgusta que también en esta clase de películas se tenga en cuenta la audiencia, pues creo que en esta clase de películas no puede haber competencia.

- ¿Y vosotros habéis trabajado con buena intención?
- «Gasparini, el director, ha tenido que tomar decisiones difíciles. Nunca hemos pensado en degradar al santo don Bosco. Yo mismo he preguntado el director: “¡Dime sus defectos!”, y él ha quedado callado. Pero después de un poco, me ha dicho: “¡Buena pregunta!”. Nosotros queríamos presentar la verdad, las desmoralizaciones, y los momentos difíciles de su fe, pues también Don Bosco tuvo momentos de desilusión y de miedo. La fe tiene que ser regada y a todos nos pasa igual".


Don Bosco y los jóvenes

- ¿Qué haría San Juan Bosco por los jóvenes de hoy? ¿Habría comprendido profundamente sus tiempos y en sus necesidades?.
- «Apartaría a los adictos a la televisión. No, bromeo. Hoy les encontraría físicamente más nutridos, y bien vestidos, pero creo que el problema es siempre el mismo: Si uno no es querido, crecerá con los únicos códigos que reconoce, el odio y la violencia. ¿Tienes un bolígrafo? ¿Me gusta? Pues te lo cojo. Pienso en las barriadas de ciertas ciudades donde no hay trabajo, ni escuela, y llega la mafia. Alguien te dice: ¡Ven, te buscamos un trabajo! Por el contrario alguien se acerca y te dice: ¡Te hago rico y respetado!, y esto sí que va!

- Se necesitan buenos acompañantes
- «Don Bosco decía: “Debemos ser "ángeles de la guarda" momentáneos”. La familia, por ejemplo, es importante. En mi casa no había problemas económicos, pero mi padre siempre me repitió que mi valía no dependía de los grandes resultados, que incluso podía no tener. Y todo esto fue un verdadero adiestramiento moral. A los padres les cuesta más decir no que sí. Y después ves el ejemplo en el trabajo, en la ayuda a los pobres,... y todo ello te sirve para crecer bien. Pero sin esta enseñanza, es un desastre. Creo, sinceramente, que hoy a Don Bosco le costaría mucho más".


Pero hoy los jóvenes

- Te cito algunas objeciones que giran por el mundo juvenil. Vamos a ver qué piensas.
- «Adelante».

- Dicen que no queremos asumirnos responsabilidades
- «¡Estas generalizaciones me meten miedo!. ¿A qué viene eso? Las cosas hay que madurarlas, asimilarlas. Yo, por el contrario, veo que hay muchos que están bien motivados, ciertamente tienen un poco de confusión, pero también es natural. ¿Sabes una cosa? Deberíamos nacer a los 80 años, y con aquella experiencia ir descendiendo".

- Interesante. Otra objeción: ¡Leemos poco!
- «¿Y los mayores? Más bien yo creo que leen más los jóvenes. También yo después del bachillerato he dejado de leer, durante la mili, y los años de contestación y, después, de improviso volví a la lectura y me dije a mí mismo ¡lo que me he perdido! Es como la música, cuando te ponen ante un piano a los cuatro años, uno escapa".

- ¿Conoces bien a los jóvenes?
- «He estudiado algo en la universidad en el teatro. He captado que están confusos”.

- ¿Prostitutas y jugadores?
- «Les he dicho: No es matemático llegar a ser famoso, y me miraban con la cara asustada como diciéndome ¿pero qué estás diciendo?" Ellos pensaban: me propongo, soy güapilla, hago un calendario, voy a La vida en directo.

- ¿Y qué te han respondido?
- «“¡Pero usted no nos entusiasma, verdaderamente, de esta forma!”. Yo les he dicho: Me agradaría que tuvierais verdaderamente claro lo que queréis. Yo quiero ser actor no para tener cinco chales y ser famoso, si no para divertir, emocionar, y para mí el mayor éxito es cuando me dicen que con una película mía han sonreído.

- Pero mientras tanto un centenar de tus admiradores han construido una comunidad virtual en internet para hablar de ti.

- «¡Es verdad!. No tengo un sitio oficial, porque soy uno de los menos telemáticos del mundo, ¡no entiendo nada de esto! Pero han querido esto y veo que hay mucho afecto y tengo la responsabilidad de estar disponible, y atento y lo hago con agrado. Además digo: sed mis fans que está bien, y puede serlo cualquiera, pero aprovechad este pretexto y conoceos. Aunque cambie de profesión, y me convierta en Flavio Insinna "ferretero", al menos nosotros permaneced siendo mis amigos".

"El domingo antes de comenzar las tomas fui a la iglesia del Sagrada Corazón de los Salesianos, cerca de la estación de Términi en Roma. ¿A rezar? Sí, también, pero sobre todo a pedir ayuda a Don Bosco. Pensé que si él logró, sin tener ni siquiera una lira, construir aquella basílica y hacer todo lo que hizo, tal vez también yo lograría interpretar dignamente este importante personaje que me habían asignado". (Flavio Insinna).


FICHA TÉCNICA DEL FILM

→ Duración aproximada:
200 minutos.
→ Dirigida por: Lodovico Gasparini
→ Como Don Bosco: Flavio Insinna
→ Como Margarita Bosco: Lina Sastri
→ Papa Pio IX: Arnaldo Ninchi
→ Marquez Clementi: Charles Dance
→ Giovanni Cagliero: Ry Michael Finerty
→ Miguel Rua: Daniel Tschirley
→ Carlos Buzzetti: Julian Patrick Brophy
→ José Buzzetti: Jonathan Ross Latham
→ Don Bosco adolescente: Brock Everitt Elwick
→ Domingo Savio: Lewis Crutch
→ Don Cafasso: James Greene
→ Don Calosso: Sam Beazley
→ Bruno: Fabrizio Bucci
→ Enrico: Andrea Bosca
→ Don Gastaldi: Paolo Calabresi
→ Guionistas: Graziano Diana Francesca Panzarella Carlo Mazzotta
→ editor: Saverio D'Ercole Lea Tafuri
→ Director de fotografía: Giovanni Galasso
→ Montaje: Alessandro Lucidi
→ Música: Marco Frisina
→ Efectos: Giancarlo Dellapina
→ Escenografía: Lino Germano
→ Vestuario: Christine Rawlins
→ Productor Rai: Fania Petrocchi → Productor ejecutivo D&B en asociación con Blue Star Movies: Pietro Doni Irene Masiello

Una co-producción Lux Vide per Rai Fiction

(fuente: www.donbosco.cl)

lunes, 11 de enero de 2010

Asumen los nuevos Padres Inspectores Salesianos en Argentina

08 de Enero, 2010 - La presencia salesiana en nuestro país toma nuevas dimensiones que se adoptarán formalmente el próximo 31 de enero en San Nicolás de los Arroyos (Buenos Aires).

Los salesianos de la Argentina participarán en el día de San Juan Bosco de la celebración que presidirá el Rector Mayor, Don Pascual Chávez, en la parroquia María Auxiliadora. Allí, tomarán posesión como nuevos superiores provinciales el padre Ángel Fernández Artime y el padre Manuel Cayo, nombrados para guiar a las Inspectorías "Ceferino Namuncurá" de la Argentina Sur (ARS) y “Artémides Zatti” de la Argentina Norte (ARN), respectivamente.

Ese día por la mañana, Don Chávez realizará diversas actividades con los salesianos. Por la tarde, se reunirá con los consejos inspectoriales y con los miembros de la Familia Salesiana. Finalmente, a las 20:30 se realizará la Misa en donde los inspectores jurarán en sus cargos.

La presencia de los salesianos en la vida de nuestro país se caracterizó desde 1875 por su accionar en el campo de la educación formal y no formal, construyendo de esta manera una forma particular de ser Iglesia: teniendo como horizonte la salvación de los jóvenes, preferentemente los más pobres. Hoy, el crecimiento demográfico, el advenimiento de las nuevas tecnologías, los distintos desafíos políticos y sociales, las nuevas visiones del mundo, las diversas subculturas que surgen cada día, exigen nuevos compromisos y requieren evaluar el camino recorrido, observar las herramientas disponibles y dar nuevas y mejores respuestas a las demandas que la Argentina del siglo XXI exige.

(fuente: www.boletinsalesiano.com.ar)